Un vistazo desde la playa a la conservación de las tortugas marinas en la Península de Yucatán

Dra. Melania C. López Castro, Coordinadora del Programa para la Conservación de la Tortuga Marina Pronatura Península de Yucatán, A. C. 

Es bien sabido que las tortugas marinas se encuentran en peligro de extinción, principalmente por la sobrepesca a la que fueron sometidas en el siglo pasado. En tan sólo dos décadas estuvieron a punto de desaparecer por los impactos humanos lo que por siglos fueron abundantes poblaciones en todos los océanos del mundo.

Afortunadamente, hoy en México y otros países del mundo diversos actores gubernamentales y no gubernamentales están trabajando para recuperar las poblaciones de estos maravillosos reptiles marinos. Se ha prohibido su pesca y consumo, se ha hecho obligatoria la instalación de aparatos excluidores de tortugas en las flotas pesqueras y, muy importante, se protegen los nidos del saqueo y la depredación en sus playas de anidación. 

Pero ¿Cómo sabemos si las tortugas marinas se están recuperando gracias a estas medidas? ¿Cuánto tiempo es necesario seguir aplicándolas? Las respuestas a estas preguntas no son sencillas y son el desafió de los investigadores que estudiamos estas tortugas y estamos trabajando para responderlas. Pero ¿Por qué nos está llevando tanto tiempo? Por un lado, estamos trabajando con especies que viven mucho tiempo, ya que se estima que pueden vivir entre 80 y 100 años, y en promedio alcanzan la madurez sexual a los 20 años. 

Por otro lado, estos animales sólo pasan 1% de su vida en tierra y el 99% restante lo pasan en ambientes marinos; y estos ambientes cambian durante sus diferentes etapas de vida, lo cual hace muy complejo estudiarlos. Las hembras salen a las playas arenosas a depositar sus huevos cada 2 o 3 años, y durante 60 días los embriones se desarrollan, rompen los cascarones de los huevos y salen de los nidos para dirigirse al mar e iniciar su viaje en busca de comida y refugio en aguas oceánicas. 

Por eso, los investigadores sólo contamos con este fragmento pequeñito de la población de tortugas marinas -las hembras reproductoras- para definir criterios e indicadores que ayuden a evaluar si sus poblaciones están recuperándose y si están alcanzando un tamaño poblacional que les permita cumplir con sus funciones ecológicas. De cualquier manera, nos queda claro que no es posible recuperar las poblaciones a sus números originales pues las condiciones ambientales actuales no son iguales a las que existían hace unos 500 años, antes de que se iniciara su explotación.

Es precisamente por eso que el monitoreo estandarizado de las playas de anidación y el registro de datos en el largo plazo son tan importantes. Para que sean útiles, estos criterios e indicadores deben medirse cada año durante por lo menos dos o tres generaciones de tortugas. Esto significa que para poder observar cambios poblacionales se requieren como mínimo entre 40 y 60 años, ya que las crías que nacen en una temporada de anidación tardarán al menos 20 años en regresar como adultas a depositar sus huevos. En este periodo sabremos, con cierto margen de error, la proporción que logró sobrevivir gracias a las acciones de conservación cuando eran huevecillos. 

Los trabajos de conservación de tortugas marinas en la Península de Yucatán iniciaron hace cuatro décadas. Desde hace 34 años, Pronatura Península de Yucatán inició el monitoreo de la anidación de las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) y verde (Chelonia mydas) en tres de las playas (Celestún, El Cuyo y Holbox) donde se había detectado el mayor número de hembras anidando. Hoy, gracias al apoyo de un gran número de socios y colaboradores, en particular de la empresa SAC-TUN, que fue de los primeros en sumarse a esta misión, contamos con uno de los pocos programas de monitoreo a largo plazo en México, que cuenta con reconocimiento regional e internacional. 

Nuestros registros anuales del número de nidadas depositadas en estas playas, así como la medición de indicadores como el número de huevos por nido, la tasa de eclosión (crías que logran salir vivas del huevo) y de emergencia (crías que logran salir vivas del nido), han sido fundamentales para evaluar la recuperación de estas dos especies. Gracias a SAC-TUN pudimos analizar las tendencias de estos indicadores en los últimos 30 años y publicar los resultados para compartirlos con la comunidad científica. 

Los análisis de la anidación de tortuga carey y tortuga verde en las tres playas donde trabajamos muestra una tendencia positiva, es decir, están aumentando con el tiempo. Esto indica que los esfuerzos de protección en las playas están funcionando. Aunque esto es esperanzador, es necesario recordar que hasta dentro de tres décadas (o dos generaciones de tortugas) podremos afirmar con certeza que las tortugas están fuera del peligro de extinción que hoy las acecha. Por eso, el monitoreo científico estandarizado es la herramienta a utilizar, y se requiere de la participación comprometida de todas las partes interesadas para mantener este esfuerzo.

La recuperación de las poblaciones de tortugas marinas es similar a una carrera de relevos: los corredores actuales necesitamos pasar la estafeta a las siguientes generaciones y es importante que ellas no la dejen caer para llegar a la ansiada meta de recuperarlas. Se lo debemos a las tortugas y se lo debemos a la naturaleza que tantos beneficios ambientales, sociales, económicos y espirituales nos brinda día a día.

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